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21.3.10

Historias de Druidas


Misterio, ritos secretos, sacrificios rituales...todos estos son ingredientes de una de las historias más legendarias del antiguo mundo celta: La historia de los Druidas. Mezcla de orden monástica y policía judicial, cuesta discernir lo cierto y lo fantasioso de los múltiples mitos y leyendas que circulan sobre ellos.

Por ello, he recurrido a un autor antiguo que durante 8 años tuvo la oportunidad de llegar a conocerlos bastante bien; de hecho su testimonio resulta bastante interesante, por que nos describe los distintos roles y funciones sociales que realizaban los druidas. Por si aún no lo habíais adivinado, este autor antiguo no es otro que Cayo Julio César, que en el Libro VI de sus Comentarios a la Guerra de las Galias dedicó un extenso espacio a estos curiosos protagonistas del mundo celta... si le dedicais un ratillo a esta {relativamente} extensa lectura podreis ver que los druidas, como figura central del mundo celta, no están tan lejos de algún referente cercano actual, como los imanes del mundo celta...

Los Druidas, religiosos y jueces
En toda la Galia dos son los estados de personas de que se hace cuenta y estimación... uno es el de los druidas, el otro el de los caballeros. Aquéllos atienden al cultivo divino, ofrecen los sacrificios públicos y privados, interpretan los misterios de la religión. A su escuela concurre gran número de jóvenes a instruirse, siendo grande el respeto que les tienen. Ellos son los que sentencian casi todos los pleitos del común y de los particulares; si algún delito se comete, si sucede alguna muerte, si hay discusión sobre herencia, o sobre linderos, ellos son los que deciden; ellos determinan los premios y los castigos, y cualquiera persona, ora sea privada, ora sea pública, que no se rinde a su sentencia, es excomulgada, que para ellos es la pena más grave. Los tales excomulgados se miran como impíos y facinerosos; todos se esquivan de ellos rehuyendo su encuentro y conversación, por no contaminarse; no se les hace justicia por más que la pidan, ni se les fía cargo alguno honroso.

Jerarquía de los Druidas

A todos los druidas preside uno con autoridad suprema. Muerto éste, le sucede quien a los demás se aventaja en prendas. En caso de haber muchos iguales, se hace la elección por votos de los druidas, y aun tal vez de mano armada se disputan la primacía. En cierta estación del año, se congregan en el país de Chartres, tenido por centro de toda la Galia, en un lugar sagrado. Aquí concurren todos los que tienen pleitos, y están a sus juicios y decisiones. Créese que la tal ciencia fue inventada en Bretaña y trasladada de allí a la Galia, Aun hoy día los que quieren saberla a fondo van allá por lo común a estudiaría.

¿Transmisores de la cultura?

Los druidas no suelen ir a la guerra, ni pagan tributos como los demás; están exentos de la milicia y de todas las cargas concejiles. Con el atractivo de tantos privilegios son muchos los que se dedican a esta profesión; unos por inclinación propia, otros por destino de sus padres y parientes. Dícese que allí aprenden gran número de versos, y pasan a menudo veinte años en este aprendizaje. No tienen por lícito escribir lo que aprenden, no obstante que casi en todo lo demás de negocios públicos y particulares se sirven de ceracteres griegos. Por dos causas, según yo pienso, han establecido esta ley: porque ni quieren divulgar su doctrina, ni tampoco que los estudiantes, fiados en los escritos, descuiden en el ejercicio de la memoria, lo que suele acontecer a muchos, que teniendo a mano los libros, aflojan en el ejercicio de aprender y retener las cosas en la memoria.

Sobre la religión druídica

Esméranse sobre todo en persuadir la inmortalidad de las almas y su trasmigración de unos cuerpos en otros, cuya creencia juzgan ser grandísimo incentivo para el valor, poniendo aparte el temor de la muerte. Otras muchas cosas disputan y enseñan a la juventud acerca de los astros y su movimiento, de la grandeza del mundo y de la tierra, de la naturaleza de las cosas, del poder y soberanía de los dioses inmortales.

... y algún detalle morbosillo sobre su pena de muerte

Toda la nación de los galos es supersticiosa en extremo; y por esta causa los que padecen enfermedades graves, y se hallan en batallas y peligros, o sacrifican hombres, o hacen voto de sacrificarlos, para cuyos sacrificios se valen del ministerio de los druidas, persuadidos de que no se puede aplacar la ira de los dioses inmortales en orden a la conservación de la vida de un hombre si no se hace ofrenda de la vida de otro; y por pública ley tienen ordenados sacrificios de esta misma especie. Otros forman de mimbres entretejidos ídolos colosales, cuyos huecos llenan de hombres vivos, y pegando fuego a los mimbres, rodeados ellos de las llamas rinden el alma. En su estimación los sacrificios de ladrones, salteadores y otros delincuentes son los más gratos a los dioses, si bien a falta de ésos no reparan en sacrificar los inocentes.





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2 comentarios:

  1. Es posible que hayamos sobredimensionado alguos datos al interpretar restos arqueologicos.

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  2. No conocía este blog. Muy interesante el artículo :)
    No has mencionado a los druidas que hacen pociones para que los habitantes de su pueblo sean invencibles ante los romanos ;)

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