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5.12.07

El orden sí importa

He leido este artículo en la edición de hoy de elPais.com y no me he podido resistir a compartirlo con vosotros. De alguna forma viene a confirmar el tópico según el cual los primogénitos tienden a tener una carácter diferente al de los hermanos pequeños. Es más una curiosidad que otra cosa, pero me ha parecido una lectura amena para este Miércoles pre-Puente.

¿Resultado de la genética o de la educación? La respuesta es vuestra... Disfrutad con la lectura!


Pocos padres admitirán que tratan a sus hijos de forma diferente, pero es probable que al educarlos de la misma manera, obtengan como resultado la desigualdad. Como el arranque de Ana Karénina, de León Tolstoi ("Todas las familias felices se parecen, sólo las infelices lo son cada una a su modo"), la educación y la crianza de los hijos tiene mucho que ver con las singularidades: las que uno trae de serie, las de la forja de la personalidad y las que, según algunas investigaciones científicas, se desprenden del orden que los hermanos ocupan en la familia. Es la denominada Birth order theory, teoría del orden de nacimiento.

Aunque se remonta a finales del siglo XIX -la formuló Francis Galton, primo de Darwin, en 1874-, dicha teoría acaba de recibir el espaldarazo de un estudio de la Universidad de Oslo y el Instituto de Salud Ocupacional de la capital noruega, que, en colaboración con el servicio médico del Ejército de ese país, analizaron los niveles de inteligencia de cerca de 250.000 reclutas de 18 y 19 años. Las conclusiones, publicadas por la revista Science, no dejaban lugar a dudas: el primogénito tiene un cociente intelectual (CI) 2,3 puntos por encima del segundo, y éste aventaja en 1,1 puntos al tercero. El CI de los primeros es también mayor que el de los hijos únicos. Pero la máxima nota se aplica asimismo en los casos de segundos y sucesivos hermanos que hayan sido educados como primogénitos por muerte o ausencia de éstos.

Pero la teoría del orden de nacimiento, desarrollada con éxito dispar por una legión de psicólogos desde Alfred Adler, discípulo de Freud, en 1920, no se queda en el cociente intelectual. Según sea uno primogénito, hijo mediano o pequeño -el hijo único mezcla rasgos de los extremos-, así será su carácter. A grandes rasgos, en el reparto el primero se lleva el conservadurismo, el respeto a las expectativas y los valores paternos y el perfeccionismo. El mediano, en terreno de nadie, tarda en decidir qué quiere hacer con su vida -frente al mayor, que la encarrila muy pronto- y desarrolla más relaciones con iguales que jerárquicas. El benjamín, por su parte, es la bohemia y el riesgo; divertido y encantador, puede ser también más débil que los otros.

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2 comentarios:

  1. Va por el lado de la Epigenetica

    http://es.wikipedia.org/wiki/Epigen%C3%A9tica

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  2. Si alguien no lo conoce esto es algo que también ha sido mostrado por las Constelaciones Familiares desarrolladas por le alemán Bert Hellinger y sus Órdenes del Amor que muestran como el orden si es importante y relevante.

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