¿Conoces nuestra red de blogs?: Historia Clásica + Biblioteca clásica + Historia de la Humanidad

20.4.07

Vidas paralelas: Catón

Si hay personajes que han pasado a la historia por una frase, Catón es uno de los más insignes. En el olimpo de grandes sentencias, la cima más alta podría perfectamente ocuparla el "Veni, vidi, vinci" del divino Julio, quedando reservada la cloaca más profunda al "Papa, llama!!" de Sonia Bermúdez (Sí, yo tambien veo la TV!!)... entre ambas, el "Delenda est Carthago"... disfrutad con la lectura...

I. Dícese que Marco Catón fue por su linaje oriundo de Túsculo, y que residió y vivió, antes de tener parte en el gobierno, en campos propios de su familia en la región sabina. No obstante tenerse la idea de que sus progenitores fueron desconocidos, el mismo Catón alaba a su padre como hombre de valor y ejercitado en la milicia, y refiere de su bisabuelo que muchas veces alcanzó el prez del valor, y que, habiendo perdido en diferentes batallas cinco caballos ejercitados en la guerra, fue del pueblo honrado por su valor y fortaleza. Acostumbraban los Romanos a dar la denominación de hombres nuevos a los que no tenían fama por su linaje, sino que eran ellos mismos los que empezaban a darse a conocer; y como llamaban también nuevo a Catón, decía él que bien era nuevo para el mando y para al gloria; pero que por las obras y virtudes de sus antepasados era bien antiguo. Al principio no tuvo por tercer nombre el de Catón, sino el de Prisco; pero luego por aquella dote en que sobresalía obtuvo el apellido de Catón, porque llaman Catón los Romanos al hombre precavido. Era en su figura rubio y de ojos azules, como lo dio a entender, no mostrándosele muy aficionado, el que hizo este epigrama: A ese rubio, mordaz, de ojos azules, a Porcio, aun muerto, estoy que en el infierno no le ha de recibir la hija de Ceres. La constitución de su cuerpo con el ejercicio, con la parsimonia y con acostumbrarse en el ejército desde el principio a portarse como soldado, se hizo muy robusta, habiendo adquirido a un tiempo fuerza y buena salud. Cultivó también la facultad de decir, como otro segundo cuerpo, y como un instrumento no solamente útil, sino necesario, para quien no quería vivir oscuro y en inacción; ejercitó la, pues, en las alquerías y pueblos inmediatos, prestándose a defender en los juicios a los que se lo rogaban: al principio se echó de ver que era un defensor fogoso; pero luego se acreditó además de orador vehemente, descubriendo en él los que se valían de sus talentos una gravedad y juicio que eran propios para los grandes negocios y para el mando político. Porque no sólo se conservó puro en cuanto a recibir salario por sus dictámenes y defensas, sino que aun desdeñaba la gloria que de esta clase de contiendas podría resultarle. Deseando, pues, señalarse principalmente en los combates contra los enemigos y en acciones de guerra, siendo todavía joven tuvo ya su cuerpo cubierto de heridas, recibidas de frente; diciendo él mismo que a los diez y siete años hizo su primera campaña, al tiempo que Aníbal victorioso puso en combustión toda la Italia. En las batallas mostróse de mano pronta para acuchillar, de pies firmes e inmobles y de semblante fiero, y aun acostumbraba a usar de amenazas y de gritos penetrantes contra los enemigos, creyendo él mismo y enseñando a los demás que estas cosas suelen contribuir más que el mismo acero para atemorizar a los contrarios. En las marchas caminaba a pie, llevando sus armas; sólo le seguía un sirviente, que llevaba lo que habían de comer; con el cual no se incomodó nunca, ni le riñó por el modo de disponerle la comida o la cena, sino que a veces echaba también mano y le ayudaba en estos ministerios después de fenecidos los de la milicia. En el ejército no bebía sino agua, o a lo más, cuando tenía una sed muy ardiente, pedía vinagre, y si se sentía desfallecido tomaba un poco de vino.

>> Seguir con la lectura de la biografía de Catón, "el Viejo", según Plutarco en la wikisource.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Historia Clásica