Se acaba de publicar el libro 'Resurrecting Pompeii' de Estelle Lazer.
¿Qué tiene este libro de especial?
Pues que versa sobre un tipo de restos hallados en Pompeya a los que tradiicionalmente seles ha prestado poca atención: Los huesos. Hasta la fecha los interesados en la materia sólo contaban con los estudios de Sarah Bisel acerca de los esqueletos de Herculano.
Para que podais ahondar en la materia, os traduzca los fragmentos más interesantes de una entrevista a la Sra. Lazer que podeis encontrar (en la lengua de Shakespeare) en Bloggin' Pompeii.
1. ¿Puedes hablarnos un poco de tu formación académica y cómo llegaste a estudiar los restos humanos de Pompeya?
Me licencié en Arqueología, con énfasis en Historia Clásica, de Extremo Oriente y Arqueología histórica. Mi interés por los restos humanos comenzó en mi tesis de graduación, que versaba sobre los restos humanos en la arqueología de Extremo Oriente. Por aquella época no habia cursos sobre arqueología forense en Australia. El patólogo forense responsable de la investigación de esqueletos en la funeraria local me tomó como aprendiz y aprendí anatomía asistiendo autopsias, y acudiendo como espectadora a las autopsias cada vez que hallaban un esqueleto en los bosques. Finalmente, seguí cursos formales de anatomía en la Universidad de Sidney.
La oportunidad de estudiar los restos humanos de Pompeya surgió a raiz de la participación de la Universidad de Sidney en un proyecto de investigación multinacional y multidisciplinario. Quedé muy sorprendida al descubrir que no había habido un estudio sistemático moderno de la colección esqueletal, con lo que me ofrecí a la Superintendencia de Pompeya para ofrecer dicho cometido. Finalicé mi doctorado en esta materia en el departamento de Anatomía de la Unioversidad de Sidney.
2. ¿Qué problemas afrontó al estudiar los restos humanos pompeyanos?
Los restos esqueletales no se consideraron una fuente valiosa de información científica hasta finales del s. XX. Mientras fueron almacenados, los restos no fueron debidamente conservados y como resultado de esto muchos se desarticularon. Esto tuvo como implicación que primero tuve que establecer las limitaciones del material.
Los huesos estaban guardados en edificios vacíos de Pompeya, junto a otros restos sin catalogar. Dichos huesos tenían que ser estudiados in situ, sin instalaciones de laboratorio o tan siquiera una mesa o iluminación adecuada. Tenía que estar encerrada con los restos, con la puerta cerrada con llave, ya que los huesos estaban junto a otros restos de gran valor, com o porciones de estatuas de mármol. Sólo 3 vigilantes tenían llaves para acceder a las instalaciones. A veces el vigilante de la mañana se olvidaba de avisar al del turno de tarde acerca de mi localización, lo cual acababa suponiendo que me quedaba encarcelada durante algunas horas... aunque siempre se disculpaban cuando me liberaban!!
3. Tu libro trata tanto de la historia de las excavaciones como de los restos humanos... ¿cómo es esto posible?
Era esencial explicar la historia de las excavaciones para entender por qué se habían descuidado los huesos durante más de 250 años, y cómo los relatos románticos acerca de los restos humanos hallados habían condicionado su estudio científico.
La literatura del s. XIX, especialmente el libro Last Days of Pompeii, de Edward Bulwer Lytton, ejerció una gran influencia sobre la interpretación de los restos esqueletales, que ha llegado incluso al s. XXI. El objetivo de mi proyecto era separar el mito de la evidencia científica y establecer lo que los esqueletos nos explican realmente acerca de los víctimas de la erupción del Vesubio en el 79 dC.
4. ¿Tienes planes de trabajo en Pompeya para el futuro?
Aunque continúo interesada en el estudio de los restos óseos de Pompeya, y especialmente de los moldes en yeso de los cuerpos, estoy actualmente participando en un proyecto de investigación conjuntamente con el departamento de Ciencia Arquitectural de la Univ. de Sidney. El proyecto busca aplicar técnicas modernas de análisis a los edificios antiguos con miras a entender cuantitativamente como vivían realmente los habitantes de las distintas edificaciones de Pompeya.
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¿Qué tiene este libro de especial?
Pues que versa sobre un tipo de restos hallados en Pompeya a los que tradiicionalmente seles ha prestado poca atención: Los huesos. Hasta la fecha los interesados en la materia sólo contaban con los estudios de Sarah Bisel acerca de los esqueletos de Herculano.
Para que podais ahondar en la materia, os traduzca los fragmentos más interesantes de una entrevista a la Sra. Lazer que podeis encontrar (en la lengua de Shakespeare) en Bloggin' Pompeii.
1. ¿Puedes hablarnos un poco de tu formación académica y cómo llegaste a estudiar los restos humanos de Pompeya?
Me licencié en Arqueología, con énfasis en Historia Clásica, de Extremo Oriente y Arqueología histórica. Mi interés por los restos humanos comenzó en mi tesis de graduación, que versaba sobre los restos humanos en la arqueología de Extremo Oriente. Por aquella época no habia cursos sobre arqueología forense en Australia. El patólogo forense responsable de la investigación de esqueletos en la funeraria local me tomó como aprendiz y aprendí anatomía asistiendo autopsias, y acudiendo como espectadora a las autopsias cada vez que hallaban un esqueleto en los bosques. Finalmente, seguí cursos formales de anatomía en la Universidad de Sidney.
La oportunidad de estudiar los restos humanos de Pompeya surgió a raiz de la participación de la Universidad de Sidney en un proyecto de investigación multinacional y multidisciplinario. Quedé muy sorprendida al descubrir que no había habido un estudio sistemático moderno de la colección esqueletal, con lo que me ofrecí a la Superintendencia de Pompeya para ofrecer dicho cometido. Finalicé mi doctorado en esta materia en el departamento de Anatomía de la Unioversidad de Sidney.
2. ¿Qué problemas afrontó al estudiar los restos humanos pompeyanos?
Los restos esqueletales no se consideraron una fuente valiosa de información científica hasta finales del s. XX. Mientras fueron almacenados, los restos no fueron debidamente conservados y como resultado de esto muchos se desarticularon. Esto tuvo como implicación que primero tuve que establecer las limitaciones del material.
Los huesos estaban guardados en edificios vacíos de Pompeya, junto a otros restos sin catalogar. Dichos huesos tenían que ser estudiados in situ, sin instalaciones de laboratorio o tan siquiera una mesa o iluminación adecuada. Tenía que estar encerrada con los restos, con la puerta cerrada con llave, ya que los huesos estaban junto a otros restos de gran valor, com o porciones de estatuas de mármol. Sólo 3 vigilantes tenían llaves para acceder a las instalaciones. A veces el vigilante de la mañana se olvidaba de avisar al del turno de tarde acerca de mi localización, lo cual acababa suponiendo que me quedaba encarcelada durante algunas horas... aunque siempre se disculpaban cuando me liberaban!!
3. Tu libro trata tanto de la historia de las excavaciones como de los restos humanos... ¿cómo es esto posible?
Era esencial explicar la historia de las excavaciones para entender por qué se habían descuidado los huesos durante más de 250 años, y cómo los relatos románticos acerca de los restos humanos hallados habían condicionado su estudio científico.
La literatura del s. XIX, especialmente el libro Last Days of Pompeii, de Edward Bulwer Lytton, ejerció una gran influencia sobre la interpretación de los restos esqueletales, que ha llegado incluso al s. XXI. El objetivo de mi proyecto era separar el mito de la evidencia científica y establecer lo que los esqueletos nos explican realmente acerca de los víctimas de la erupción del Vesubio en el 79 dC.
4. ¿Tienes planes de trabajo en Pompeya para el futuro?
Aunque continúo interesada en el estudio de los restos óseos de Pompeya, y especialmente de los moldes en yeso de los cuerpos, estoy actualmente participando en un proyecto de investigación conjuntamente con el departamento de Ciencia Arquitectural de la Univ. de Sidney. El proyecto busca aplicar técnicas modernas de análisis a los edificios antiguos con miras a entender cuantitativamente como vivían realmente los habitantes de las distintas edificaciones de Pompeya.
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