Las motivaciones para iniciarse en esto de los blogs son múltiples y variadas... hay quien los utiliza como válvula de escape, otros para canalizar sus ilusiones literarias, los hay incluso que lo hacen por que creen que con esto van a ganar dinero... uno de los casos más loables es el de quienes bloguean con el ánimo de compartir unos conocimientos que sólo ellos atesoran, lo cual me parece un ejercicio loable, meritorio y que merece nuestro aplauso.
Uno de estos blogs es Citas latinas, del Dr. en Historia Antigua Darío Sánchez Vendramini, que desde Argentina nos ilumina con pequeñas píldoras de erudito conocimiento, y para muestra un botón... un breve pero cuidado artículo, que si leeis atentamente, os dará pistas acerca del título de este post...
Visto en Citas Latinas
¿Quieres saber más sobre Historia Clásica y Antigua?
Puedes subscribirte al feed RSS de www.historiaclasica.com
¿Aprender historia y practicar inglés a la vez?
Puedes subscribirte al feed RSS del World History Journal
La historia no es tan sólo cuestión de fechas
Descúbrelo subscribiéndote al feed RSS sobre Historia de la Humanidad
Uno de estos blogs es Citas latinas, del Dr. en Historia Antigua Darío Sánchez Vendramini, que desde Argentina nos ilumina con pequeñas píldoras de erudito conocimiento, y para muestra un botón... un breve pero cuidado artículo, que si leeis atentamente, os dará pistas acerca del título de este post...
Visto en Citas Latinas
Sólo una ínfima parte de la producción literaria del mundo antiguo se conserva. Ésta nos ha sido transmitida por un hilo muy delgado, que a lo largo de la historia estuvo incontables veces cerca de romperse definitivamente. Al reflexionar sobre los azares que han determinado lo que ha perdurado y lo que ha perecido, es inevitable no suscribir esta afirmación: Los libros, como los hombres, tienen un destino.
El autor de la frase que citamos es un ejemplo de este proceso. El gramático Terenciano Mauro vivió probablemente en el siglo II d.C. y era de origen africano, como su nombre parece indicarlo. Su obra principal, De litteris, de syllabis, de metris (Sobre pronunciación, sílabas y métrica), se conserva sólo en estado fragmentario.
Olvidada durante la Edad Media, un manuscrito con su texto fue descubierto en el año 1493 y desapareció poco después de que en 1497 la obra se publicara en Milán por primera vez. La edición más célebre de este período fue la del gran impresor Simon de Colines (1531) cuya portada figura a continuación. La peculiaridad de la obra es que Terenciano expone su tema en verso variando los metros de acuerdo con el asunto tratado.
La parte más curiosa, en mi opinión, del destino de algunos libros es que su contenido es a veces malinterpretado o reproducido en forma muy diferente a la deseada por su autor. La frase de Terenciano es un claro ejemplo, el significado con el que hasta aquí la hemos comentado y con el que es a menudo citada, no es el que él pretendía. El verso del que fue extraída reza en su totalidad:Pro captu lectoris habent sua fata libelli
De la capacidad del lector depende el destino de los libros.
¿Quieres saber más sobre Historia Clásica y Antigua?
Puedes subscribirte al feed RSS de www.historiaclasica.com
¿Aprender historia y practicar inglés a la vez?
Puedes subscribirte al feed RSS del World History Journal
La historia no es tan sólo cuestión de fechas
Descúbrelo subscribiéndote al feed RSS sobre Historia de la Humanidad
Yo también lo descubrí hace poco ^^ de hecho leí su entrada justo antes de la tuya en mi lector de feeds y pensé "alguien se ha copiado de alguien..." xD
ResponderEliminarSaludos