Aprovechando que me he quedado en casa a recuperarme de una faringitis galopante, he comenzado a leer un librito sobre la vida de los aborígenes australianos. Me lo ha prestado mi hermano, que se lo trajo del viaje de novios a Australia, y aunque parezca mentira hoy en día, no he sido capaz de encontrar ninguna referencia en Internet.
Pues bien, el librito es una crónica real del viaje que varios antropólogos realizaron al gran desierto australiano en los años 50, y de su contacto con tribus aborígenes que no habían visto jamás al hombre blanco.
Para ambientar la lectura puedes encontrar en iTunes "Traditional Didgeridoo" de Tjapukai, música tradicional de los aborígenes australianos:
Aunque no lo he acabado (mi deficiente inglés en variante dialectal australiana, junto con la faringitis, hace que vaya más lento), os he de decir que este es uno de los relatos más conmovedores que he leido jamás. Nos habla de una población de personas sujeta a una de las existencias más extremas de la Tierra: La vida en el inerte Desierto Australiano.
El libro nos habla de grupúsculos nómadas de aborígenes diseminados por el Northern Territory, un paisaje de 1'5 millones de kilómetros cuadrados de tierra seca, lagartos y spinifex (un tipo de hierbajo que básicamente sirve para ser quemado y usado para hacer señales de humo). Lo que más caracteriza a este territorio es la falta de agua y la escasez de todo tipo de alimento, ya sea animal o vegetal, lo que impide que la población aborígen se concentre en grupos mayores de 8 a 10 personas. El agua se encuentra en contadas localizaciones, en pozos excavados a varios metros de profundidad. El alimento... bueno, de ahí el título del libro... "Los comedores de lagartos".
La tesis del autor (hay que recordar que escribe esta obrita en los 50) es que el salto social y cultural es tan inmenso que la adaptación de la población aborígen a la civilización occidental no sólo es compleja sino que puede llegar a ser traumática. Sostiene en varios pasajes del libro que los aborígenes australianos se encuentran en una fase de desarrollo que podríamos equiparar al Paleolítico, siendo sus únicos utensilios lanzas de madera con punta pulida.
Cabe decir que este proceso de asimilación duró hasta bien entrada la década de los 80, con el hallazgo de la última familia aborigen que aún vivía en el desierto, "the Pintubi 9".
Es curioso descubrir algunas de las costumbres de estos habitantes australianos:
Pues bien, el librito es una crónica real del viaje que varios antropólogos realizaron al gran desierto australiano en los años 50, y de su contacto con tribus aborígenes que no habían visto jamás al hombre blanco.
Para ambientar la lectura puedes encontrar en iTunes "Traditional Didgeridoo" de Tjapukai, música tradicional de los aborígenes australianos:
Aunque no lo he acabado (mi deficiente inglés en variante dialectal australiana, junto con la faringitis, hace que vaya más lento), os he de decir que este es uno de los relatos más conmovedores que he leido jamás. Nos habla de una población de personas sujeta a una de las existencias más extremas de la Tierra: La vida en el inerte Desierto Australiano.
El libro nos habla de grupúsculos nómadas de aborígenes diseminados por el Northern Territory, un paisaje de 1'5 millones de kilómetros cuadrados de tierra seca, lagartos y spinifex (un tipo de hierbajo que básicamente sirve para ser quemado y usado para hacer señales de humo). Lo que más caracteriza a este territorio es la falta de agua y la escasez de todo tipo de alimento, ya sea animal o vegetal, lo que impide que la población aborígen se concentre en grupos mayores de 8 a 10 personas. El agua se encuentra en contadas localizaciones, en pozos excavados a varios metros de profundidad. El alimento... bueno, de ahí el título del libro... "Los comedores de lagartos".
La tesis del autor (hay que recordar que escribe esta obrita en los 50) es que el salto social y cultural es tan inmenso que la adaptación de la población aborígen a la civilización occidental no sólo es compleja sino que puede llegar a ser traumática. Sostiene en varios pasajes del libro que los aborígenes australianos se encuentran en una fase de desarrollo que podríamos equiparar al Paleolítico, siendo sus únicos utensilios lanzas de madera con punta pulida.
Cabe decir que este proceso de asimilación duró hasta bien entrada la década de los 80, con el hallazgo de la última familia aborigen que aún vivía en el desierto, "the Pintubi 9".
Es curioso descubrir algunas de las costumbres de estos habitantes australianos:
- De vez en cuando, algún avión surca el cielo del desierto. Para estas pequeñas poblaciones nómadas se trata de espíritus desconocidos, que hacen un ruido indescriptible, y ante cuya aparición sólo les cabe esconderse bajo los arbustos de spinifex o enterrarse bajo la arena.
- Dada la inmensidad de la sabana australiana, y la ausencia de obstáculos naturales, el sonido se propaga a distancias insólitamente altas; es por este motivo que los aborígenes hablan en susurros, y si lo pueden evitar se comunican por señas, para de esta forma no espantar a los escasos lagartos objeto de sus cacerías.
- Los aborígenes que ya han tenido contacto con la civilización destacan entre las cosas más sorprendentes la extraordinaria abundancia de agua y comida, y engtre las más desagradables, esa molesta costumbre nuestra de vestirnos con ropa y zapatos.
Para profundizar en este tema:
- Artículo sobre los Aborígenes australianos en la Wikipedia: En Español - En Inglés (más completo)
- La expedición Bindibu (en Inglés)
La nueva forma de entender la historia
www.historiaclasica.com
Un artículo muy interesante. Desconozco la realidad de los aborígenes hace décadas pero sí conozco de cerca su situación actual. Esta gente recibe importantes subvenciones por parte del gobierno australiano debido al sentimiento de culpa por robar las tierras y a la limpieza étnica.
ResponderEliminarEl resultado es que los otrora salvajes aborígenes viven instalados en la molicie, sin practicar actividad física alguna, alimentándose de mala manera y consumiendo altas cantidades de alcohol. Es el sector de la población australiana con mayor número de ataques al corazón.
Para conocer sobre del tema pueden ver "La ultima ola" de Peter Weir sobre la cosmogonía del los aborígenes australianos.
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