¿Qué eran los libros sibilinos?
Los libros sibilinos eran unos libros proféticos, usados en la Antigua Roma para preveer el futuro. Su origen legendario es el siguiente:
La sibila de Cumas se presentó en cierta ocasión ante el mítico rey romano Lucio Tarquinio, apodado "el Soberbio", como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente alto. Tarquinio se negó pensando en conseguirlos más baratos y entonces la sibila destruyó tres de los libros. A continuación le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los tres últimos pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido por los nueve.
Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter en la ciudad de Roma y eran consultados en situaciones muy especiales. Son los llamados Libros sibilinos. Estaban escritos en griego, en hojas de palmera, que posteriormente pasaron a papiro.
¿Cuál fue su utilidad?
Los romanos del siglo II adC, en tiempos de la República, apreciaban mucho estos libros y los guardaban en un colegio formado por 10 sacerdotes menores llamados decenviri sacris faciundis. En situaciones de crisis los consultaban para ver si había una profecía que pudiera aplicarse a la situación del momento.
Por ejemplo, fueron consultados en las ocasiones siguientes:
- Cuando Aníbal derrotó a las legiones romanas en Cannas. Siguiendo recomendaciones de los libros, se enterró vivos a 2 galos y a 2 griegos bajo el mercado de Roma.
- Durante la Segunda guerra púnica, después de interpretar los oráculos de los Libros, Escipión el Africano trasladó una imagen de la diosa Cibeles de Pessino a Roma, y estableció allí su culto.
- Una profecía contenida en los libros, según la cual sólo un rey podría derrotar a los partos, generó rumores conforme César quería proclamarse Rey de Roma.
En el año 83 adC el fuego destruyó los Libros sibilinos originales y hubo que formar una nueva colección, que tampoco ha llegado hasta nuestros días porque en el año 408 fueron nuevamente quemados, por orden del general Flavio Estilicón, entusiasta cristiano arriano.
Me encanta la historia de cómo Tarquinio rechaza por dos veces los libros de la Sibila...
ResponderEliminargraxxxx
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