Pueden verse en el Museu d'Arqueologia de Catalunya, Barcelona.
Tito Livio nos narra como Tito Manlio Torcuato usó una de estas espadas para derrotar a un colosal galo en el duelo que lo hizo célebre. Desde este momento mítico, los romanos adoptaron este tipo de arma y lo incorporaron al armamento de sus legiones ya que como arma era excepcionalmente flexible: Gracias a su afilada punta, permitía el ataque de estocada; también permitía soltar algún tajo que otro, ya que sus 2 filos eran mortíferas cuchillas de afeitar.
Los romanos, como siempre hicieron gala, con su habitual pragmatismo se dedicaron a copiar el diseño, mejorándolo allí donde fue necesario. El resultado fue el ya conocido Gladio romano: Eficaz en batalla, fácil de fabricar en masa y de una altísima calidad.
28.11.07
Falcatas ibéricas
Labels: Arte de la guerra, La foto del día
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Hola Ramiro.
ResponderEliminarExcelente arma la falcata, esa es la verdad; y sobre todo muy adecuada para un cuerpo de entre 1,60 y 1,70... esto es, la talla media de un hispano de entonces. Parte del mérito lo tiene también la composición del acero y su formidable técnica de forjado. la falcata se fabricaba con tres láminas de hierro soldadas entre sí a la calda, es decir, en caliente. La lámina central, más ancha que las laterales, se prolongaba en una delgada lengüeta que forma el alma de metal de la empuñadura, recubierta con cachas de hueso o de madera, que en la mayoría de los casos no se han conservado.
Saludos.
La empuñadura tiene la forma de cabeza de caballo en lo que llamaríamos guardamonte, y en la parte convexa,antes de llegar al doble filo o próximo a la punta, podían tener nielados en plata, en forma de figuras o hilos torcidos en forma de cenefas.
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