Como siempre, mi post del otro día sobre las demandas de devolución de restos arqueológicos ha suscitado un encendido debate. Os destaco una que me ha parecido muy bien planteada:
Según Rafa, deberían efectuarse las restituciones:
En este contexto creo que el caso de los frisos del Partenón es diferente a los demás.
Como obra de arte está pensada para ser admirada en su conjunto y eso no es posible en la actualidad, y no porque se haya perdido sino debido a una serie de circunstancias desgraciadas fragmentaron y dispersaron los mármoles. Esto es pernicioso para todo el Arte, con mayúsculas.
Es evidente que Grecia es perfectamente capaz de hacerse cargo de los frisos (ya conserva, en la actualidad, un inmenso patrimonio en muchos museos) y cualquiera que conozca el proyecto del nuevo museo de la Acrópolis coincidirá conmigo. Ni Londres ni Atenas van a perder turistas porque los frisos estén en uno u otro lado: ya les sobran visitantes. Habría que trabajar para que el friso se pueda admirar de forma conjunta, en una ciudad o en la otra (preferiblemente en Atenas por poder contemplarse junto a las ruinas de la Acrópolis), pero como dicen los responsables de la iniciativa, "la propiedad" de la obra es lo de menos, lo importante es que se ponga fin a la mutilación. Creo que una custodia compartida de los mismos en una de las dos ciudades sería lo más deseable.
La política no debería interferir con la historia, esperemos que la UE a la larga ayude a resolver muchos de estos problemas.
ResponderEliminarEsta discusión es una estupidez, porque los museos sólo fomentan la adoración del hallazgo por encima de su valor arqueológico (como pieza de un gran puzzle para comprender el pasado) y su valor educativo. ¡Qué facil es, sin embargo, crear copias y enviarlas a otros museos! Cuestan dinero, claro, pero evitan tener que desprenderse de ciertas piezas que, de por sí, ya tienen un valor añadido por el hecho de encontrarse en tal o cual colección, como historia de la propia historia. ¿Qué más da que una parte de un friso esté aquí o allí, si la reproducción es fiel y permite entender el conjunto (la acrópolis de Atenas, por ejemplo) de cara al gran público? Los originales sólo deberían estar a disposición de los investigadores, que son los que realmente saben interpretar esos restos y aprovechar la información que puedan proporcionar. Y si las copias pueden dar lugar a una restitución (aunque hipotética, como el altar de Pérgamo, en Berlín), mejor que mejor.
ResponderEliminarEn todo caso, devolver una pieza por devolver es tontería. Los grandes museos SIEMPRE podrán conservar mucho mejor sus fondos que otros museos de poca monta. Las piezas arqueológicas y artísticas, cuanto menos se muevan, mejor (para evitar desastres durante el transporte).
No estoy de acuerdo. Las piezas de un museo (de cualquier tipo) tienen un valor por encima de su bondad didáctica. Un museo debe ser más que un simple espacio de exposición y por mucho que sea igualmente ilustrativo un museo de réplicas no me parece especialmente deseable. Si le quitas a la gente corriente el derecho de admirar y disfrutar (que no adorar) su patrimonio poco sentido tiene la existencia del museo en sí. Cualquiera puede comprarse una lámina de "Las Meninas" y disfrutarla en su salón todos los días.
ResponderEliminarConsiderando que, evidentemente, tiene importancia capital la conservación de la pieza en sí, creo que hay una diferencia sustancial entre visitar los frisos del Partenón y visitar su réplica en escayola, por muy bien hecha que esté.